El océano habla en susurros y rugidos, en melodías que solo los corazones atentos pueden descifrar.
Cada ola trae consigo un mensaje antiguo, cargado de secretos y misterios de las profundidades. A veces, su voz es un canto suave que invita a la reflexión, otras veces, es un estruendo poderoso que exige ser escuchado.
“Al caer la noche, el sonido del mar se convierte en una sinfonía hipnótica, acompañada por el brillo plateado de la luna reflejada en la superficie”.
Es en esos momentos cuando uno se siente más conectado con la inmensidad del universo, consciente de la pequeña pero significativa parte que juega en el gran teatro de la vida.
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